Una figura destacada señaló recientemente el atractivo fundamental de Bitcoin como reserva de valor, haciendo hincapié en su suministro limitado de 21 millones de monedas. Lo que llamó la atención fue su observación sobre la brecha geográfica en el entusiasmo: la pasión por las criptomonedas podría arder con más fuerza en los mercados asiáticos que en Estados Unidos. ¿La verdadera sorpresa? Los líderes gubernamentales de estas regiones ya no se limitan a observar desde la barrera; están acogiendo activamente los activos digitales dentro de sus marcos económicos. Este cambio indica algo más grande que el simple entusiasmo minorista: estamos viendo la aceptación institucional y gubernamental en tiempo real.