La UE acaba de imponer una multa de 120 millones de euros a cierta red social por la «Ley de Seguridad de Datos», y además lo anunciaron oficialmente publicando un vídeo en la propia plataforma. La reacción de la plataforma no se hizo esperar: en represalia, desactivaron la función de publicidad de la cuenta oficial de la UE alegando «uso indebido del sistema publicitario».
Para colmo, el dueño de la plataforma compartió el asunto insultando abiertamente, y hasta el Secretario de Estado de EE. UU. intervino, declarando que habría «represalias equivalentes». Esta serie de acciones es un ejemplo de enfrentamiento directo de manual: tú me pones una multa, yo te bloqueo la cuenta, y ninguna de las partes cede.
El conflicto entre los gigantes tecnológicos y los organismos reguladores tradicionales vuelve a escalar, y viejos temas como la soberanía de los datos y los límites de la libertad de expresión regresan al primer plano. Viendo cómo está el ambiente, esto promete más enfrentamientos en el futuro.
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La UE acaba de imponer una multa de 120 millones de euros a cierta red social por la «Ley de Seguridad de Datos», y además lo anunciaron oficialmente publicando un vídeo en la propia plataforma. La reacción de la plataforma no se hizo esperar: en represalia, desactivaron la función de publicidad de la cuenta oficial de la UE alegando «uso indebido del sistema publicitario».
Para colmo, el dueño de la plataforma compartió el asunto insultando abiertamente, y hasta el Secretario de Estado de EE. UU. intervino, declarando que habría «represalias equivalentes». Esta serie de acciones es un ejemplo de enfrentamiento directo de manual: tú me pones una multa, yo te bloqueo la cuenta, y ninguna de las partes cede.
El conflicto entre los gigantes tecnológicos y los organismos reguladores tradicionales vuelve a escalar, y viejos temas como la soberanía de los datos y los límites de la libertad de expresión regresan al primer plano. Viendo cómo está el ambiente, esto promete más enfrentamientos en el futuro.