Creo que el dentista, comparado con esos influencers que solo saben retocar fotos, llevar operaciones o analizar a toro pasado, resulta incluso más auténtico.
Todo el mundo se ríe de él: jugador, indicador inverso, cajero automático humano. Cada vez que su cuenta queda en cero, los comentarios parecen una fiesta, repletos de voces regodeándose en su desgracia. Pero cuando lo ves muchas veces, solo sientes tristeza.
Muchos ni siquiera están aquí por el dinero. No le tienen respeto al dinero, solo ansias de conquista; no temen al riesgo, solo detestan la vida tranquila.
¿Y los que miran? Se sienten superiores de forma barata burlándose de él: “Mira, el dentista volvió a quebrar”. Esa lucidez comparativa, en realidad, no significa nada. La verdad es que los datos centrales de los exchanges muestran que la vida media de un jugador de futuros es de menos de tres meses. Marcharse en silencio es el final del 99% en este juego de suma cero.
La única diferencia es que el dentista muestra ese proceso cruel en modo acelerado para todos. Algunos solo miran el espectáculo, otros callan.
Si es para sobrevivir, le aconsejaría parar; pero si solo está pagando por sus deseos, no tengo derecho a decir mucho más.
En cuanto a vosotros, nunca he pensado que los minoristas tengan ventaja alguna en este mercado lleno de estafas, manejos en la sombra y una desinformación brutal. Solo puedo desearos que, en este gran casino, al menos por un instante, consigáis realmente vencer a esa bestia salvaje que lleváis dentro.
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ForkItAll
· hace13h
Siendo sinceros, el 99% de la gente se engaña a sí misma; al menos los dentistas se atreven a representar la verdad.
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BearMarketSurvivor
· hace13h
Sus palabras son duras, sí, pero al menos el dentista se atreve a exponer sus propios fracasos, lo cual es más honesto que aquellos que se esconden y dicen "yo nunca tengo pérdidas".
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CexIsBad
· hace13h
Hablando en serio, el dentista ha expuesto al demonio que todos llevamos dentro.
En realidad, todos somos iguales, solo que él no lo disimula.
Los que se burlan mirando desde fuera son los verdaderamente patéticos, no es más que una superioridad barata.
Los contratos están hechos para devorarte, el 99% son carne de cañón, al menos él se atreve a mostrarlo.
Deja de hacerlo, amigo, en serio.
Comparado con esos KOL que fingen estar despiertos, al menos él es honesto.
Despertad, todos, el dinero que ganan las casas de intercambio es el vuestro.
La bestia que llevas dentro, tarde o temprano tendrás que domarla.
Creo que el dentista, comparado con esos influencers que solo saben retocar fotos, llevar operaciones o analizar a toro pasado, resulta incluso más auténtico.
Todo el mundo se ríe de él: jugador, indicador inverso, cajero automático humano. Cada vez que su cuenta queda en cero, los comentarios parecen una fiesta, repletos de voces regodeándose en su desgracia.
Pero cuando lo ves muchas veces, solo sientes tristeza.
Muchos ni siquiera están aquí por el dinero. No le tienen respeto al dinero, solo ansias de conquista; no temen al riesgo, solo detestan la vida tranquila.
¿Y los que miran? Se sienten superiores de forma barata burlándose de él: “Mira, el dentista volvió a quebrar”. Esa lucidez comparativa, en realidad, no significa nada.
La verdad es que los datos centrales de los exchanges muestran que la vida media de un jugador de futuros es de menos de tres meses. Marcharse en silencio es el final del 99% en este juego de suma cero.
La única diferencia es que el dentista muestra ese proceso cruel en modo acelerado para todos. Algunos solo miran el espectáculo, otros callan.
Si es para sobrevivir, le aconsejaría parar; pero si solo está pagando por sus deseos, no tengo derecho a decir mucho más.
En cuanto a vosotros, nunca he pensado que los minoristas tengan ventaja alguna en este mercado lleno de estafas, manejos en la sombra y una desinformación brutal. Solo puedo desearos que, en este gran casino, al menos por un instante, consigáis realmente vencer a esa bestia salvaje que lleváis dentro.