Recientemente vi un reportaje que no hablaba de políticas macroeconómicas ni de cotilleos sociales de moda, sino de una realidad que está ocurriendo y que pocos quieren afrontar:

La Generación Z está entrando en masa en el mercado de las criptomonedas, y no es por “fe” ni por “tendencia”. En pocas palabras, los altos precios de la vivienda les han acorralado y han dado lugar a una lógica de supervivencia completamente nueva: ya que el guion tradicional de la vida ya no funciona, mejor tirar la mesa y empezar de cero.

El estudio del Financial Times lo deja claro: el hecho de que para los jóvenes estadounidenses “comprar una casa es imposible” ha cambiado por completo su estrategia—

¿Ahorrar? El día que consigan reunir la entrada probablemente ya tengan el pelo canoso. ¿Esforzarse y hacer horas extra? Los sueldos nunca van a la par que los precios de la vivienda. ¿Productos financieros tradicionales? Esos rendimientos parecen una broma. ¿Comprar una casa? Ha pasado de ser “un objetivo vital” a convertirse en “un lujo”.

Así que su reacción es directa: cada vez ahorran menos, su motivación laboral cae en picado y, en cambio, aumentan las conductas especulativas—sobre todo, invirtiendo en el mercado de criptomonedas.

A esto no se le llama seguir ciegamente una moda, sino “nihilismo económico” (Economic Nihilism): si jugando con las reglas antiguas es imposible ganar, mejor cambiar de juego y probar suerte.

**¿Por qué los jóvenes se ven empujados hacia el mercado cripto?**

Porque, desde su perspectiva, “apostarlo todo para intentar cambiar de vida” parece una salida más realista que “ahorrar durante diez años a duras penas”.

Ese estudio revela una dura verdad psicológica: si ahorrando paso a paso ni en diez años les llega para la entrada, prefieren meter su dinero en activos que pueden duplicarse en tres días.

El sistema de incentivos de las finanzas tradicionales ya no funciona para esta generación—

¿Depósitos bancarios al 2%? ¿Fondos o bolsa con un 7% de interés compuesto a largo plazo? ¿Y los precios de la vivienda subiendo un 10%-20% al año como mínimo?

Pídele a un joven de 25 años que eche cuentas: con el ritmo actual de subida salarial, cuando llegue a los 40 probablemente ni siquiera tendrá para la entrada. El coste de tiempo es enorme, el coste de oportunidad aún mayor.

Por eso su lógica de elección es sencilla: en vez de dejar el dinero en “activos seguros” que se devalúan poco a poco, prefieren invertirlo en el volátil pero prometedor mercado cripto—al menos ahí existe la posibilidad de cambiar su destino.

No es impulsividad, es un cálculo racional forzado por la realidad.