Un anciano se fue, dejando 40.000 millones en un banco suizo. Sus hijos, con los comprobantes en mano, fueron a retirar el dinero, pero el banco dijo: No se puede retirar.
Esto no es una escena de película, sino un hecho real ocurrido al fundador del grupo Formosa Plastics. En octubre de 2008, con 88 años, falleció por insuficiencia cardíaca y pulmonar en Hawái. Al organizar sus pertenencias, sus hijos encontraron en una caja fuerte cifrada varios comprobantes de depósito de un banco suizo: en total, 40.000 millones de nuevos dólares taiwaneses.
Nadie sabía de la existencia de ese dinero. En vida, el anciano no mencionó ni una palabra al respecto, y mucho menos explicó cómo retirarlo.
Los hijos formaron un equipo especial y, con el certificado de defunción, los documentos que acreditaban el parentesco y los comprobantes de depósito, volaron a Suiza. El personal del banco verificó los documentos y, con frialdad, soltó: "No se puede retirar."
¿Por qué?
La cuenta tenía múltiples cláusulas de confidencialidad. Para retirar un gran depósito confidencial, se requiere una carta de autorización firmada de puño y letra por el depositante, o cumplir con ciertas condiciones preestablecidas. ¿No tienes ninguna de las dos cosas? Entonces, el proceso se bloquea.
Los hijos recurrieron a un equipo de abogados suizos de primer nivel. Tras la investigación, descubrieron que se trataba de una "cuenta fiduciaria de poder total", con los fondos gestionados por el banco. Aunque los beneficiarios estaban registrados, el retiro exigía una verificación estricta de identidad y revisión de las cláusulas. Lo más crítico: la cuenta estaba vinculada a un anexo testamentario no revelado, que contenía disposiciones especiales sobre la distribución y el retiro de los depósitos.
Pero ese anexo, los hijos nunca lo habían visto.
Mientras tanto, en Taiwán estalló también la disputa por la herencia. Además del depósito suizo, ¿cómo repartir las acciones del grupo y los bienes inmuebles? Los hijos se dividieron en dos bandos: unos defendían el reparto igualitario según la ley, otros pedían respetar las posibles disposiciones especiales del anciano. La disputa se volvió incontrolable.
En busca del anexo testamentario, los hijos revisaron todas las pertenencias del anciano, incluso recuperaron datos del ordenador que usaba en vida.
En 2010, finalmente encontraron el anexo sellado en el fondo de una antigua caja fuerte en la residencia de Taipéi.
El plan estaba claramente detallado: el 60% para tres hijos designados, el 30% para una fundación benéfica y el 10% restante para el banco en concepto de gestión y comisiones.
¿Encontrarlo significa que ya se puede retirar el dinero? Ojalá fuera tan fácil.
El banco suizo exigió la notarización del anexo testamentario, además de la confirmación judicial por parte de un tribunal suizo, y los documentos notariales de herencia emitidos en Taiwán. Notarización transfronteriza, confirmación judicial: cada departamento uno tras otro, un proceso que agota a cualquiera.
Durante ese tiempo, el banco alegó que, debido al largo periodo del depósito, se debían deducir comisiones de gestión de cuenta y servicios fiduciarios, sumando varios miles de millones de nuevos dólares taiwaneses. Los hijos cuestionaron el criterio de cobro y, tras varias negociaciones, lograron reducir la deducción en tres puntos porcentuales.
En 2015, por fin se completaron todos los trámites notariales y judiciales, y se volvió a presentar la solicitud de retiro.
Y otra vez, bloqueados.
Las normas internacionales contra el blanqueo de capitales eran cada vez más estrictas, y el banco debía verificar en detalle el origen de los fondos. El grupo colaboró proporcionando los estados financieros y registros de transferencias de la época, demostrando que el dinero procedía de actividades legales. Esta revisión llevó más de dos años; no se completó hasta 2018.
Cuando el dinero estaba a punto de llegar, algunos hijos que no habían sido designados como beneficiarios no aceptaron el resultado, alegaron defectos en el anexo testamentario y demandaron en Suiza para pedir una redistribución.
El litigio duró cinco años. El tribunal realizó peritajes caligráficos, escuchó testimonios y, tras varias vistas, en noviembre de 2023 confirmó la validez y autenticidad del anexo, desestimando las objeciones.
Sólo entonces el banco suizo transfirió oficialmente los fondos. Descontando impuestos, comisiones y gastos legales, finalmente se recibieron unos 32.000 millones de nuevos dólares taiwaneses: 24.000 millones para los hijos designados y 9.600 millones para la fundación benéfica.
De 2008 a 2023, quince años en total.
Este caso fue una lección para todos los que hacen planificación de activos transfronterizos: el sistema de confidencialidad de los bancos suizos es estricto, las leyes difieren entre países y los procesos de certificación y cooperación judicial internacional son extremadamente complejos. Si las personas de alto patrimonio no dejan clara la distribución de la herencia ni hacen la debida certificación, la sucesión será una pesadilla para los herederos.
Expertos legales señalan que este caso se ha convertido en un ejemplo clásico negativo de planificación patrimonial transfronteriza. Muchos ricos han ajustado su estrategia de asignación de activos en el extranjero y han perfeccionado sus documentos de herencia.
Y esos 9.600 millones para fines benéficos ya han financiado los primeros proyectos a principios de 2024, apoyando la educación y la atención médica en Taiwán y varias provincias de China continental.
Quince años de disputas concluyen con una valiosa lección: no importa cuánta riqueza haya, una planificación de sucesión clara es la verdadera responsabilidad con la familia y la sociedad. No dejes que una suma de dinero se convierta en una maratón de desgaste.
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AirdropHunterZhang
· hace4h
Joder, no se recibirá hasta dentro de 15 años, esto es literalmente un manual para que el banco cobre comisiones de gestión por la cara. Los 32.000 millones se han reducido a la perfección, la asignación de activos transfronterizos es realmente una mina de oro.
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DuckFluff
· 12-07 15:06
40.000 millones bloqueados durante 15 años, esto sí que es saber enredarse... De verdad, los millonarios deberían consultar primero con un buen abogado antes de hacer una planificación de activos en el extranjero, si no, un simple papel puede hacer que los hijos acaben demandándose entre ellos.
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HodlVeteran
· 12-07 10:50
Madre mía, por esto nunca toco activos en el extranjero. Viendo estos 15 años de vaivenes, prefiero apostarlo todo en la bolsa china antes que jugar así.
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NFTArchaeologist
· 12-07 10:47
Por eso siempre digo lo importante que es la transparencia de los activos on-chain... 40.000 millones bloqueados en un banco suizo durante 15 años para finalmente recibirlos, y aún así se quedaron en 32.000 millones. Si esto estuviera en la cadena, habría llegado al instante.
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ForkTongue
· 12-07 10:41
40.000 millones bloqueados durante 15 años... ¿Cuánta desesperación debe de haber? Los bancos son realmente increíbles, ¿ni siquiera con una comisión del 10% pueden liberarlo?
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PonziWhisperer
· 12-07 10:31
Vaya, ¿40.000 millones atrapados durante 15 años así como así? La jugada del banco suizo es increíble, parece que traga más dinero que un agujero negro.
Un anciano se fue, dejando 40.000 millones en un banco suizo. Sus hijos, con los comprobantes en mano, fueron a retirar el dinero, pero el banco dijo: No se puede retirar.
Esto no es una escena de película, sino un hecho real ocurrido al fundador del grupo Formosa Plastics. En octubre de 2008, con 88 años, falleció por insuficiencia cardíaca y pulmonar en Hawái. Al organizar sus pertenencias, sus hijos encontraron en una caja fuerte cifrada varios comprobantes de depósito de un banco suizo: en total, 40.000 millones de nuevos dólares taiwaneses.
Nadie sabía de la existencia de ese dinero. En vida, el anciano no mencionó ni una palabra al respecto, y mucho menos explicó cómo retirarlo.
Los hijos formaron un equipo especial y, con el certificado de defunción, los documentos que acreditaban el parentesco y los comprobantes de depósito, volaron a Suiza. El personal del banco verificó los documentos y, con frialdad, soltó: "No se puede retirar."
¿Por qué?
La cuenta tenía múltiples cláusulas de confidencialidad. Para retirar un gran depósito confidencial, se requiere una carta de autorización firmada de puño y letra por el depositante, o cumplir con ciertas condiciones preestablecidas. ¿No tienes ninguna de las dos cosas? Entonces, el proceso se bloquea.
Los hijos recurrieron a un equipo de abogados suizos de primer nivel. Tras la investigación, descubrieron que se trataba de una "cuenta fiduciaria de poder total", con los fondos gestionados por el banco. Aunque los beneficiarios estaban registrados, el retiro exigía una verificación estricta de identidad y revisión de las cláusulas. Lo más crítico: la cuenta estaba vinculada a un anexo testamentario no revelado, que contenía disposiciones especiales sobre la distribución y el retiro de los depósitos.
Pero ese anexo, los hijos nunca lo habían visto.
Mientras tanto, en Taiwán estalló también la disputa por la herencia. Además del depósito suizo, ¿cómo repartir las acciones del grupo y los bienes inmuebles? Los hijos se dividieron en dos bandos: unos defendían el reparto igualitario según la ley, otros pedían respetar las posibles disposiciones especiales del anciano. La disputa se volvió incontrolable.
En busca del anexo testamentario, los hijos revisaron todas las pertenencias del anciano, incluso recuperaron datos del ordenador que usaba en vida.
En 2010, finalmente encontraron el anexo sellado en el fondo de una antigua caja fuerte en la residencia de Taipéi.
El plan estaba claramente detallado: el 60% para tres hijos designados, el 30% para una fundación benéfica y el 10% restante para el banco en concepto de gestión y comisiones.
¿Encontrarlo significa que ya se puede retirar el dinero? Ojalá fuera tan fácil.
El banco suizo exigió la notarización del anexo testamentario, además de la confirmación judicial por parte de un tribunal suizo, y los documentos notariales de herencia emitidos en Taiwán. Notarización transfronteriza, confirmación judicial: cada departamento uno tras otro, un proceso que agota a cualquiera.
Durante ese tiempo, el banco alegó que, debido al largo periodo del depósito, se debían deducir comisiones de gestión de cuenta y servicios fiduciarios, sumando varios miles de millones de nuevos dólares taiwaneses. Los hijos cuestionaron el criterio de cobro y, tras varias negociaciones, lograron reducir la deducción en tres puntos porcentuales.
En 2015, por fin se completaron todos los trámites notariales y judiciales, y se volvió a presentar la solicitud de retiro.
Y otra vez, bloqueados.
Las normas internacionales contra el blanqueo de capitales eran cada vez más estrictas, y el banco debía verificar en detalle el origen de los fondos. El grupo colaboró proporcionando los estados financieros y registros de transferencias de la época, demostrando que el dinero procedía de actividades legales. Esta revisión llevó más de dos años; no se completó hasta 2018.
Cuando el dinero estaba a punto de llegar, algunos hijos que no habían sido designados como beneficiarios no aceptaron el resultado, alegaron defectos en el anexo testamentario y demandaron en Suiza para pedir una redistribución.
El litigio duró cinco años. El tribunal realizó peritajes caligráficos, escuchó testimonios y, tras varias vistas, en noviembre de 2023 confirmó la validez y autenticidad del anexo, desestimando las objeciones.
Sólo entonces el banco suizo transfirió oficialmente los fondos. Descontando impuestos, comisiones y gastos legales, finalmente se recibieron unos 32.000 millones de nuevos dólares taiwaneses: 24.000 millones para los hijos designados y 9.600 millones para la fundación benéfica.
De 2008 a 2023, quince años en total.
Este caso fue una lección para todos los que hacen planificación de activos transfronterizos: el sistema de confidencialidad de los bancos suizos es estricto, las leyes difieren entre países y los procesos de certificación y cooperación judicial internacional son extremadamente complejos. Si las personas de alto patrimonio no dejan clara la distribución de la herencia ni hacen la debida certificación, la sucesión será una pesadilla para los herederos.
Expertos legales señalan que este caso se ha convertido en un ejemplo clásico negativo de planificación patrimonial transfronteriza. Muchos ricos han ajustado su estrategia de asignación de activos en el extranjero y han perfeccionado sus documentos de herencia.
Y esos 9.600 millones para fines benéficos ya han financiado los primeros proyectos a principios de 2024, apoyando la educación y la atención médica en Taiwán y varias provincias de China continental.
Quince años de disputas concluyen con una valiosa lección: no importa cuánta riqueza haya, una planificación de sucesión clara es la verdadera responsabilidad con la familia y la sociedad. No dejes que una suma de dinero se convierta en una maratón de desgaste.