A veces, cuando haces trading, realmente tienes que parar y pensar: ¿esas operaciones que crees tan inteligentes, de verdad sirven para algo?
El pasado noviembre, revisando por casualidad el historial de mis cuentas, me quedé impactado: la cuenta que gestionaba de forma activa apenas tenía un 60% de la rentabilidad de otra cuenta "zen", mucho más pasiva. Para salir de dudas, decidí hacer un experimento comparativo.
El diseño era muy sencillo: dos cuentas, cada una con 5000€, empezando a construir posiciones el 1 de diciembre, repartidas en cortos sobre cien monedas distintas. La cuenta A la gestionaba con mis “estrategias maduras”: compraba más cuando subía, vendía cuando bajaba, aplicaba tanto take profit como stop loss. ¿La cuenta B? Tras reducir posiciones, simplemente la dejé quieta, sin tocarla más.
El resultado fue un zas en toda la cara.
La rentabilidad final de la cuenta A fue solo el 69% de la B. Si miras los detalles, es aún más curioso: la cuenta A acertó en más monedas de alto rendimiento, pero siempre con menor posición; en las que perdía, aunque eran menos, la exposición era mucho mayor.
En otras palabras, mis supuestas habilidades de gestión no sirvieron de nada. No aproveché al máximo las buenas oportunidades y, en cambio, mantuve demasiado peso en las malas.
A veces, el mercado te lo dice de la forma más simple y contundente: menos es más, y saber no hacer nada puede ser la mayor muestra de sabiduría.
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MEVSandwichVictim
· 12-07 15:48
Ja, este es mi día a día, operar con frecuencia es simplemente un auto-castigo, de verdad.
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TokenSleuth
· 12-07 15:45
Joder, esto es justo lo que siempre he querido decir... Operar con frecuencia realmente es como regalarle dinero al exchange.
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MidnightSeller
· 12-07 15:42
Vaya, si es que soy yo. Eso de operar con frecuencia ya está pasado de moda.
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UnluckyValidator
· 12-07 15:40
Jajaja, qué mala suerte, yo también la he liado así; operar con tanta frecuencia es puro autoengaño.
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AirdropHunterZhang
· 12-07 15:35
Vaya, ¿no es esto exactamente mi día a día? Cuanto más opero, más pierdo, de verdad que duele.
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Cuando voy all-in es cuando más listo me siento, pero solo al recuperar lo perdido entiendo lo que es salir perdiendo.
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¿De verdad se puede ganar siendo pasota y tumbado? Entonces todas esas operaciones complicadas que hice antes fueron una pérdida de tiempo e inteligencia.
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Según lo que dices, casi sería mejor dedicarme al arbitraje de recompensas, al menos es más estable.
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Esto ya es de locos, yo también probé eso y acabé igual de mal, ahora por fin he aprendido la lección.
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Por eso digo, al mercado le encanta vernos operar sin parar para después desplumarnos.
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¿No será que tanto mirar el gráfico me ha dejado tocado psicológicamente? Cuanto menos hago, más gano.
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Reinvertir una y otra vez, pero al final todo a cero, esta vez por fin lo he entendido.
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tokenomics_truther
· 12-07 15:30
Joder, estos datos son brutales, las cuentas que se mantienen quietas superan por completo a las que operan con frecuencia... A mí también me han dado una lección así.
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ArbitrageBot
· 12-07 15:25
Joder, ¡si es que soy yo! Todo el día creyendo que opero con precisión, y al final gano menos que si me quedara quieto.
A veces, cuando haces trading, realmente tienes que parar y pensar: ¿esas operaciones que crees tan inteligentes, de verdad sirven para algo?
El pasado noviembre, revisando por casualidad el historial de mis cuentas, me quedé impactado: la cuenta que gestionaba de forma activa apenas tenía un 60% de la rentabilidad de otra cuenta "zen", mucho más pasiva. Para salir de dudas, decidí hacer un experimento comparativo.
El diseño era muy sencillo: dos cuentas, cada una con 5000€, empezando a construir posiciones el 1 de diciembre, repartidas en cortos sobre cien monedas distintas. La cuenta A la gestionaba con mis “estrategias maduras”: compraba más cuando subía, vendía cuando bajaba, aplicaba tanto take profit como stop loss. ¿La cuenta B? Tras reducir posiciones, simplemente la dejé quieta, sin tocarla más.
El resultado fue un zas en toda la cara.
La rentabilidad final de la cuenta A fue solo el 69% de la B. Si miras los detalles, es aún más curioso: la cuenta A acertó en más monedas de alto rendimiento, pero siempre con menor posición; en las que perdía, aunque eran menos, la exposición era mucho mayor.
En otras palabras, mis supuestas habilidades de gestión no sirvieron de nada. No aproveché al máximo las buenas oportunidades y, en cambio, mantuve demasiado peso en las malas.
A veces, el mercado te lo dice de la forma más simple y contundente: menos es más, y saber no hacer nada puede ser la mayor muestra de sabiduría.