Alguien acaba de llamar a la Fed un programa de asistencia social para economistas con doctorado. Un comentario duro, pero interesante.

Su historial habla por sí solo: se equivocan sistemáticamente en las previsiones de inflación, en las predicciones de tipos de interés, en todo. La tasa de acierto es sinceramente vergonzosa para una institución con tanta influencia.

Aquí viene lo mejor: imagina si los controladores aéreos tuvieran el mismo porcentaje de éxito. Los aviones estarían en tierra indefinidamente. Sin embargo, la Fed sigue operando sin ninguna responsabilidad por estar perpetuamente equivocada.

Te hace preguntarte qué es exactamente lo que están optimizando, porque desde luego no es la precisión en las predicciones.