Cuando eres pequeño, puedes experimentar, equivocarte, cambiar de opinión, tomar riesgos porque nadie te está mirando. Cuando eres más grande, cada opinión tiene peso. Cada error permanece. Cada cambio es juzgado.
Las cuentas pequeñas arriesgan el anonimato. Las cuentas grandes arriesgan la reputación.
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Tener una cuenta pequeña es difícil.
Tener una cuenta grande es aún más difícil.
Cuando eres pequeño, puedes experimentar, equivocarte, cambiar de opinión, tomar riesgos porque nadie te está mirando. Cuando eres más grande, cada opinión tiene peso. Cada error permanece. Cada cambio es juzgado.
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