He visto demasiadas veces este tipo de cosas: cuentas que pasan de mil dólares a un millón y, al final, por una operación impulsiva, se quedan a cero.

El "rollover" —esa manera de jugar llevada al extremo— es mil veces más emocionante que simplemente holdear. O bien te disparas directo al éxito, o vuelves al punto de partida en un instante.

En el sector tengo un colega que solo le quedaban mil euros para vivir, y en tres meses convirtió esa cantidad en cien mil gracias a este método. El secreto se resume en tres palabras: dureza, precisión y paciencia.

La estrategia, en realidad, es sencilla:
Cien veces apalancamiento, reinvertir todas las ganancias, y jugárselo todo a una sola dirección.

Él empezó probando con 300 dólares, abriendo solo posiciones de 10 dólares cada vez, siempre con el máximo apalancamiento. Ganar un 1% ya era duplicar la posición. Cada vez que ganaba, retiraba la mitad y seguía con la otra mitad. Las matemáticas no engañan: si aciertas la dirección 11 veces seguidas, 10 dólares se convierten en 10.000.

Pero ¿por qué al final el 90% acaba perdiéndolo todo?

La naturaleza humana no lo resiste:
- Cuando se gana, la avaricia impide parar.
- Cuando se pierde, uno se niega a rendirse y dobla la apuesta.
- La indecisión con la dirección hace que el mercado te golpee una y otra vez.

Mis propias reglas son frías hasta rozar la crueldad:
¿Te equivocas de dirección? Stop loss inmediato, sin excusas.
¿Fallas 20 veces seguidas? Descanso obligatorio de un día, nada de luchar contra el mercado.
¿Has llegado a 5.000 dólares? Retira sí o sí, no dejes que las emociones se acumulen.

El año pasado hubo una gran tendencia, y pasé de 500 a 500.000 dólares en tres días. ¿Suena bien? Pero no viste los cuatro meses anteriores, esperando como un leopardo a que la tendencia se confirmara completamente.

El "rollover" nunca ha sido operar todos los días, ni estar pendiente del gráfico cada segundo—
Es la estrategia de “golpear con todo solo cuando la oportunidad es perfecta”.

Ahora muchos me preguntan si se puede seguir haciendo "rollover".

Antes, pregúntate tres cosas:
¿La volatilidad del mercado es suficiente?
¿La tendencia es clara, unilateral, sin ruido?
¿Eres capaz de limitarte solo a la parte central, sin ambicionar el inicio ni el final?

Si las tres respuestas son "sí", adelante.
Si solo una es "no", mejor observa desde fuera. Si no, lo que se tambalea no es tu cuenta, sino tu ánimo y tu capital.