Interesante división en el sentimiento en este momento. Los últimos datos de encuestas muestran que los ejecutivos corporativos en Estados Unidos se sienten bastante optimistas sobre las perspectivas económicas generales. La confianza empresarial se mantiene y las expectativas de crecimiento siguen siendo positivas.

Pero aquí está el giro: esos mismos líderes no están tan seguros de cómo la administración actual está gestionando la economía. Existe una brecha entre creer que la economía tiene potencial y confiar en la dirección de las políticas que vienen desde arriba.

¿Por qué nos importa esto? Porque el sentimiento corporativo suele indicar hacia dónde fluye el dinero institucional. Si los grandes actores están cautelosamente optimistas pero cubriéndose ante la incertidumbre política, podríamos ver una mayor diversificación hacia activos alternativos. El apetito por el riesgo existe, pero es medido. Observa cómo se desarrolla esto en la asignación de capital durante el próximo trimestre.