Australia acaba de implementar la verificación obligatoria de identidad en internet, presentada como un esfuerzo noble para mantener a los menores de 16 años fuera de las redes sociales. Suena razonable a simple vista, ¿verdad? Aquí está el truco: los funcionarios la llaman abiertamente el "primer dominó". Lo que quieren decir: un modelo para sistemas globales de identidad digital vinculados a la actividad online.
¿Las implicaciones? Cada clic, cada inicio de sesión, potencialmente rastreados y puntuados. Los críticos advierten que esto no va de proteger a los menores, sino de crear una infraestructura para la vigilancia a gran escala. Una vez que el marco existe, ampliarlo se vuelve trivial. Mecanismos de crédito social, elaboración de perfiles de actividad, restricciones selectivas de acceso.
Para quienes están en el mundo cripto y Web3, esto se percibe de otra manera. La descentralización existe en parte como respuesta precisamente a este tipo de control centralizado. Cuando los gobiernos normalizan puertas de identidad para acceder a internet, la necesidad de tecnologías que preserven la privacidad y plataformas resistentes a la censura se vuelve mucho más urgente. La cuestión no es si otros países observarán este experimento, sino cuántos lo replicarán.
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GamefiHarvester
· hace12h
Esta jugada de Australia es realmente increíble, primero dicen que es para proteger a los menores y luego, sin tapujos, anuncian que quieren construir un sistema global de identidad digital... Demasiado obvio.
Espera, ¿no es esto el preludio del crédito social? Una vez que este sistema empiece a funcionar, su expansión será imparable.
El sentido de la existencia de Web3 es precisamente combatir esto, así que ahora hay que acelerar aún más.
Solo quiero saber si en Asia también se subirán al carro; en ese caso, la privacidad en la blockchain será muy codiciada.
Esta sí que es la "primera ficha de dominó" real...
Una vez que se despliega la infraestructura de vigilancia, no hay forma de recogerla. Así que la descentralización no es una opción, es una necesidad.
Australia ha jugado una carta muy fuerte, y ahora todos los gobiernos del mundo están mirando.
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FlatlineTrader
· hace12h
Esta jugada de Australia es realmente astuta: bajo el pretexto de proteger a los niños, han puesto una puerta de verificación de identidad en Internet, lo que equivale a allanar el camino para la vigilancia global.
Van paso a paso: primero dicen que es para proteger a los menores, luego terminarán pidiendo que todo el mundo verifique su identidad, hasta un simple "me gusta" quedará registrado... Esta lógica me resulta demasiado familiar.
No me extraña que la gente de Web3 promueva con tanta fuerza la descentralización; con gobiernos actuando así, ¿quién se atreve a confiar en sistemas centralizados?
Ya lo verás, seguro que otros países seguirán el ejemplo, al fin y al cabo ya tienen el modelo listo.
Australia acaba de implementar la verificación obligatoria de identidad en internet, presentada como un esfuerzo noble para mantener a los menores de 16 años fuera de las redes sociales. Suena razonable a simple vista, ¿verdad? Aquí está el truco: los funcionarios la llaman abiertamente el "primer dominó". Lo que quieren decir: un modelo para sistemas globales de identidad digital vinculados a la actividad online.
¿Las implicaciones? Cada clic, cada inicio de sesión, potencialmente rastreados y puntuados. Los críticos advierten que esto no va de proteger a los menores, sino de crear una infraestructura para la vigilancia a gran escala. Una vez que el marco existe, ampliarlo se vuelve trivial. Mecanismos de crédito social, elaboración de perfiles de actividad, restricciones selectivas de acceso.
Para quienes están en el mundo cripto y Web3, esto se percibe de otra manera. La descentralización existe en parte como respuesta precisamente a este tipo de control centralizado. Cuando los gobiernos normalizan puertas de identidad para acceder a internet, la necesidad de tecnologías que preserven la privacidad y plataformas resistentes a la censura se vuelve mucho más urgente. La cuestión no es si otros países observarán este experimento, sino cuántos lo replicarán.