Ayer, en Estados Unidos, se publicaron por fin los datos del PCE de septiembre, que llevaban tiempo esperando. La tasa de crecimiento anual de la inflación subyacente cayó al 2,8%, el nivel más bajo en cinco meses y ligeramente por debajo de lo que esperaba el mercado. Nada más salir estos datos, los mercados tradicionales empezaron a interpretar el escenario de un "aterrizaje suave": el dólar siguió debilitándose, los rendimientos de los bonos estadounidenses bajaron y las acciones estadounidenses continuaron subiendo, aunque de manera moderada. En teoría, este entorno es favorable para los activos de riesgo, ya que da a la Reserva Federal más margen de maniobra para bajar los tipos de interés en diciembre.
Sin embargo, la reacción de Bitcoin fue algo extraña. Tras la publicación de los datos, BTC no subió, sino que bajó, llegando a caer hasta cerca de los 87.000, con una volatilidad de alrededor del 3% en 24 horas, claramente desacoplado del mercado bursátil. Esta corrección en realidad tiene poco que ver con los datos de inflación, y se debió principalmente a la combinación de varios factores: vencimiento concentrado de opciones, rumores de presión sobre MicroStrategy y, además, una gran volatilidad durante la sesión asiática. Las principales criptomonedas también corrigieron, aunque lo interesante es que el ETF spot de BTC...